Soy desconocedora de la edad de las personas que leéis este blog, pero creo que la mayoría ya habéis superado la adolescencia, esa época en la que nos creemos saberlo todo, esa época en la que creemos no necesitar a nadie ni a nada, esa época en la que creemos que la vida será eterna y en la que tal vez los días no tienen tanta importancia.

Esta canción va dedicada a Alejandra, que justo tiene 18 años. Esa época llena de pasiones e impulsividades, en la que se reafirma el sentimiento de querer ser independiente, en la que se inicia el camino hacia la vida adulta. Esta canción es el regalo de unos padres que adoran a su hija y quieren darle algunos consejos vitales.

Pero es en realidad una canción dedicada a todos los que atraviesan esa época, esa en la que se quiere dejar atrás el niño para empezar a ser un adulto, muchas veces inconsciente de las responsabilidades que eso implica y las consecuencias de cada decisión que se toma. Es la canción que a muchos nos habría gustado recibir de nuestros padres, un mensaje de amor y apoyo incondicional, un canto a los valores y al esfuerzo.

Mi querida Alejandra, esperamos que tu himno te haya gustado y te dé fuerzas para luchar, conseguir tus objetivos y ser feliz. Como es tu propia canción, puedes escucharla tantas veces como quieras, cantarla tú misma o tararearla. Hazlo tanto cuando hayas tenido un desengaño y estés triste como cuando tengas una buena noticia y estés eufórica, así podrás sentir a tu familia a tu lado y el amor con el que te la han regalado siempre que lo necesites.